🗓️ Publicado el 15/08/2025
No tengo la menor duda de quién fue el asesino de Miguel Uribe Turbay, me refiero al autor intelectual, no al que disparó el arma.
Hablo del que dio la orden, del que sonrió ante la noticia de que Miguel Uribe Turbay se encontraba gravemente herido.
Ángel y Héroe
He leído algunos tuits de la familia donde tratan a Miguel Uribe como un ángel. Mientras que otros en el espectro político lo califican como un héroe.
Yo creo que no hay diferencias, porque un ángel siempre será un héroe en nuestras vidas. Cuando hemos clamado y aparece esa mano invisible que soluciona estamos ante una entidad salvadora.
Y en esta historia hay muchas coincidencias que justifican las calificaciones. Por ejemplo, que cuando Diana Turday falleció, a su hijo Miguel le faltaban tres días para cumplir cinco años.
34 años más tarde Miguel, convertido en un político con título de abogado se perfilaba como uno de los candidatos favoritos para las próximas elecciones presidenciales.
Durante su carrera política Miguel Uribe perdonó a los responsables del asesinato de su madre Diana Turbay, quien fue secuestrada el 30 de agosto de 1990 por el grupo de Los Extraditables comandados por Pablo Escobar.
Su nobleza se asemeja mucho a la de un ángel.
El asesino de Miguel Uribe Turbay
El autor intelectual es el guerrillero y terrorista Gustavo Petro, un ser maligno que gobierna Colombia después de engañar y robarse unas elecciones.
El guerrillero alineado a las dictaduras de Venezuela y Nicaragüa no quiere a nadie que le haga sombra en las presidenciales del 2026. Las FARC no se sentirían seguras con un Presidente del «Centro Democrático».
Gustavo Petro es el único responsable del asesinato de Miguel Uribe, pues como Presidente de la República debe velar por la seguridad de todos los colombianos, especialmente de sus opositores políticos. Por eso lo que ha ocurrido en Colombia es un magnicidio que no puede quedar impune.
Las fuerzas democráticas deben destituir y juzgar a Gustavo Petro antes del 2026.
La muerte no es el final
Cuando llegó a mí la noticia del atentado nunca pensé que Miguel Uribe fuera a durar tanto tiempo. Pero su cuerpo joven resistió y luchó, durante meses seguía los partes médicos, y de pronto … la mejoría. Parecía que se salvaba, pero eso no era más que el preludio de la muerte.
Hoy me uno a su familia y pido a Dios que les de pronta resignación para que puedan encontrar un poco de sosiego y poder darle la mejor crianza al niño de cuatro años que despidió con flores a su padre.
Ojalá que esta sangre sea derramada sobre millones de colombianos y les purifique al mismo tiempo que obre en ellos la decisión de castigar a quien desde el Estado planificó el asesinato de un opositor político. Ojalá que esta vez Colombia aprenda la lección: no puede haber paz sin justicia efectiva.

